El vocablo "MIEDO" viene del Latín "METUS". Describe una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo de daño real o imaginario. Puede entenderse como el recelo o aprensión que alguien tiene a que le ocurra algo no deseado.
También podemos comprender el miedo como una emoción intensa, desagradable que se provoca cuando se percibe un peligro real o supuesto, presente o futuro. Desde esta perspectiva podemos decir que el miedo es un mecanismo de defensa presente animales y humanos.
Además, el miedo, provoca ciertos cambios en nuestra fisiología. El corazón se acelera, bombea sangre con más intensidad, nos hace estar hipersensibles, en estado de alerta, de manera que podamos responder con mucha rapidez ante el peligro, huyendo o atacando.
Esto explica que muchas de las personas que sufren crisis de pánico, sientan algo parecido a taquicardias, ruborización, agitación, tensión muscular. Su fisiología se prepara para reaccionar ante un estimulo peligroso, que en el caso de los trastornos de pánico tal estímulo no existe.
Así las cosas, parece ser que lo que ocurre en una crisis de pánico no es otra cosa que miedo intenso. Lo que nos podría insinuar que no es una "ENFERMEDAD" sino más bien un "DESORDEN" o trastorno de un mecanismo natural de nuestro ser y que, obviamente, es necesario ordenar.
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