sábado, 26 de febrero de 2011

Primer día de escuela. Guía práctica para padres


Para algunos niños y niñas el primer día de escuela resulta ser una experiencia traumática. El llanto muchas veces caracteriza el inicio de clases. Niños o niñas que se aferran a sus padres o apoderados y en ocasiones los papás también sufren esta experiencia de destete.

Cuando esto ocurre, se corre el riesgo de que algunos niños desarrollen una especie de miedo intenso a volver a la escuela y comienzan a presentar problemas a la hora de ir a clases.

Esta guía práctica te ayudará a que este importante paso de tu niño o niña, y también en la vida familiar, sea con mucha tranquilidad y alegría.

Es fundamental el manejo que hagamos los padres en el hogar para que la primera impresión de la escuela sea muy positiva para nuestros hijos.

El Trabajo Comienza en el Hogar

Lo primero que se debe hacer es conversar con el niño o niña. Contarle que va a ir a la escuela, que va a ser un lugar bonito, con muchos amigos y amigas, que habrá juegos para divertirse y mucho para aprender. Explicarle que los papás lo irán a dejar y luego a buscar cuando terminen las clases.

En la casa se puede aprovechar el momento de arreglar el uniforme, invitándolo a preparar la ropa que va a usar cuando vaya a la escuela.

Lo mismo se puede hacer con los útiles escolares. Que aprendan los nombres de éstos y para qué sirven.

Se puede visitar la escuela aunque esté cerrada por vacaciones. Que el niño o niña sepa que esta es su escuela y dónde queda.

Es bueno saber con anticipación el nombre de la Profesora y Asistente de Aula. Para que el niño sepa que estará con dos “Tías” y que al menos hayan escuchado nombrarlas por sus papás.

Hay que contarles que las tías a cargo son autoridad, que le quieren mucho, ellas mandan y hay que obedecer. Se les debe respetar como a los papás.

Cuéntele que hay compañeros y compañeras con quien jugar y a los que se debe respetar y querer como hermanos.

Actitudes de los Padres

Muchos padres están ansiosos, temerosos e incluso angustiados con el primer día de escuela de sus pequeños hijos o hijas. Es normal.


El problema es que si no ponemos cuidado estas emociones las transmitimos a nuestros niños o niñas.

Por lo tanto, al hablar con su hijo o hija sobre la escuela y su primer día de clases, cuide el tono de la voz. Sea tierno y alegre. Transmita siempre seguridad a su hijo o hija. Hágale sentir que será un tiempo divertido y hermoso en la escuela.

Si necesita hablar con otros adultos de lo tenso o angustiado que se siente, cuide que su hijo o hija no esté presente, ellos perciben su estado emocional a partir de sus gestos y tono de la voz.

Al llegar a la escuela retírese calmado y lo más pronto posible. Salvo que se les invite a alguna actividad junto a los niños. Los padres que permanecen y dilatan el momento de la separación, hacen que los hijos se angustien más.

 Compre un regalito sencillo para su hijo o hija y recíbalo con este presente, felicítelo, hágale sentir su alegría del encuentro y de que ha superado un paso importante. Y Pregúntele cómo le fue en la escuela y qué aprendió






lunes, 7 de febrero de 2011

Trastorno Obsesivo Compulsivo Desde el Enfoque Sistémico Estratégico

El Enfoque Sistémico Estratégico, aborda este fenómeno asumiendo como base de éste el miedo. Es decir, lo considera un trastorno de tipo fóbico. Para los sistémicos en general importa poco las causas del problema, más bien atienden a la consistencia de éste y aquellos factores que hacen que el problema perdure en el tiempo. 

De este modo, lo que podría ocurrir con las personas que sufren de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)  es que sufren un miedo no dominado o evitado (por ejemplo, miedo a contaminarse, a contraer una enfermedad por contagio, a ser asaltado en la casa, a sufrir algún accidente por descuido, ser invadido de pensamientos o ideas pervertidas, etc.). Así el sujeto comienza a desarrollar rituales que, según él, tienen el poder de combatir ese miedo insuperable.

En este sentido los rituales pueden ser diversos, repeticiones de una acción, por ejemplo asegurarse de apagar la luz, cerrar las llaves de gas, lavarse las manos con desinfectantes, etc. También es posible observar a personas que evitan tocar objetos con las manos o repetir fórmulas al estilo de plegarias, realizar series secuenciales de números.

El punto es que, al sujeto la realización de estos rituales le hace sentir protegido, le otorga la sensación momentánea de control sobre su fobia. Por esta razón, el ritual tiende a prolongarse en el tiempo de duración.

De este modo, podemos decir que el intento de solución del problema (hacer una acción para controlar el miedo) se transforma en el problema en sí (el ritual o compulsión). Una vez que se ha cerrado este círculo vicioso, importa poco ya la  causa del problema, se ha transformado en un fenómeno que se despega de su génesis. Lo que existe es una acción que el sujeto no puede dejar de realizar y que en este intento de terminar con el ritual, éste se hace más fuerte y demandante. En otras palabras, la persona se ve obligada a realizar sus secuencias de acciones o rituales provocando un malestar significativo en su vida diaria. Sin embargo, para la persona estos ritos tienen un valor importante, es su arma con la que luchan contra el miedo.

Así, la Terapia Sistémica Estratégica, concentrará sus esfuerzos en romper este patrón en que la lucha contra el miedo se ha vuelto un problema, basándose en la aceptación incondicional de la persona e indagando en la forma en que el TOC se configura en él. 



(Fuente. Miedo, Pánico y Fobias. G. Nardone. Ed. Herber 1997)