miércoles, 14 de julio de 2010

¿Qué es una Crisis de Pánico?

Podemos definir las crisis de pánico de diversas formas. La Psiquiatría y Psicología han consensuado esta forma definirlas con el objetivo de establecer el diagnostico del paciente.
Es la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min:

1. Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas.
4. Sensación de ahogo o falta de aliento.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión o malestar torácico.
7. Náuseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o desmayo.
9. Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
10. Miedo a perder el control o volverse loco.
11. Miedo a morir.
12. Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
13. Escalofríos o sofocaciones.
Salvo pequeñas diferencias de tipo técnico, la Organización Mundial de la Salud, coincide con esta definición.

Hay que considerar que estas crisis pueden estar presenten en varios trastornos, por ejemplo, fobias específicas (miedo a las arañas, a las alturas, a los lugares cerrados, etc)o pueden deberse a alguna enfermedad física, al abuso de sustancias

Trastorno de Pánico

La aparición frecuente y espontánea de estas crisis, sin que haya razones externas o algún objeto temido, y el constante temor y estado de alerta a que se presente una nueva crisis constituyen en sí mismo en un Trastorno de Pánico. Hay que especificar que no exista una enfermedad médica que las produzca o el efecto de alguna sustancia, fármaco o droga.

Es muy probable que una persona que sufra de este trastorno viva monitoreándose, temerosa, atenta para no ser sorprendida por una crisis de pánico. Es posible que se sienta invalidada, triste, con la horrible sensación de que ya no es la misma persona de antes.
También, en muchos casos no se sienten comprendidos por sus más cercanos, suelen recibir consejos e instrucciones tales como: "No hagas caso, no pasa nada"... "Cómo vas a tener miedo?!"... "Ya deberías ir pensando en vencer esto"... "Lo haces para llamar la atención"...

Si a usted le está pasando esto... ha llegado a un lugar donde será comprendido y podrá recibir ayuda...

Una Definición Alternativa

Otra forma de definir este problema, más metafórica y, a mi modo de ver, más útil para el trabajo clínico es comprender que las crisis o trastorno de pánico: "Es un monstruo que se alimenta de miedo. A más miedo más grande". Tal vez en términos académicos es muy poco formal, pero las personas que sufren este problema saben que esta definición es muy exacta a la hora de interpretar lo que les pasa.

viernes, 9 de julio de 2010

Cómo sacar máximo provecho de una entrevista clínica con el psicólogo.

Antes de asistir a consultar a cualquier especialista de la salud mental es importante saber que existen distintos enfoques teóricos que orientan la práctica psicoterapéutica. Podríamos decir que la piscoterapia resulta ser la puesta en práctica de determinados constructos teóricos. Estos constructos tienen una forma de comprender al ser humano no siempre similares entre sí. Por esta razón existen muchas diferencias en la psicología y obviamente entre los terapeutas.

Seguramente han escuchado o les ha tocado vivir situaciones en que simplemente el paciente (o consultante) no queda satisfecho de la atención recibida. Porque no se siente escuchado, porque le hicieron preguntas que no vienen al caso y/o porque estiman que el especialista no les dijo nada al finalizar la sesión.

Por esta razón, expongo algunos puntos que pueden orientarnos a preparar una buena entrevista clínica con el terapeuta.

1. Expresar con claridad lo que me está pasando. Ciertamente a veces nos cuesta identificar qué nos ocurre, existe confusión en determinar aquellas cosas que nos molestan. Una manera de aclarar las cosas es dirigiéndonos a nuestro organismo y sus manifestaciones. ¿Qué estoy sintiendo físicamente? (Dolor, intranquilidad, alteración de la frecuencia cardiaca, problemas digestivos, me he enfermado más, agotamiento, sobre energisado  etc.) ¿Qué estoy sintiendo espiritualmente?  (Tristeza, dolor, desesperanza, astío, etc). ¿Qué me ocurre mentalmente? (confusión, estoy pensando mucho, me cuesta concentrarme, etc.)

2. Claridad en expresar cuando ocurre lo que nos ocurre. Las crisis son pics, no son permanentes, no se está todo el tiempo intensamente sufriendo, aproblemado o gozando. Más bien son momentos y su intensidad suele impactar en muchas áreas. Por lo tanto, es importante alejar de nuestro lenguaje las generalizaciones (palabras como: siempre me siento así... siempre me ocurre esto o aquello, nunca me pasa que...) porque toda generalización es falsa. Ayuda mucho más centrarnos en identificar los momentos en que nos sentimos mal.

3. Identificar cuándo el problema no está presente. Atender a las excepciones. A veces ocurre que hay contextos en que esperabamos que se presentara el problema y simplemente no ocurrió. Cuáles son esos momentos. Cuándo el problema no está ocurriendo?

4. Identificar qué hemos hecho para solucionar el problema.Todos de alguna forma u otra intentamos salir por nuestros propios medios de los problemas. Al parecer cuando hemos agotado las alternativas a la mano acudimos al psicólogo u otro especialista de la salud mental. Sin embargo, aún es posible hacer otro movimiento. Intentar solucionar el problema en la dirección opuesta a los intentos de solución que ya fracasaron. Por ejemplo. Hay personas que expresan que no quieren pensar más en algo, una idea catastrófica, o que les irá mal y esto les hace sentir inseguros en el trabajo o otras áreas. Tal vez una solución más productiva al problema pasa por pensar más en eso...pensar tanto en aquello que se quiere evitar que resulte agotador... que ya ni siquiera impresione.

5. Identificar aquellas soluciones que si han resultado, para hacer más de lo mismo.

Esta breve pauta ayudará a su terapeuta a elaborar mejores estrategias para ayudar a solucionar el problema. Además usted dejará de ser "paciente"para ser activo en el proceso terapéutico. Podrá darse cuenta si el trabajo con el terapeuta será  o no efectivo, ahorrará tiempo y dinero.